

El sombrero de copa se balanceaba sobre el malecón, como un enorme mejillón que canta sobre una roca. El malecón no tenía ninguna razón de ser desde que el mar se había retirado con energía aquella mañana. Por otra parte, hay que consignar que el puerto estaba enteramente iluminado por un arco voltaico del tamaño de un niño que va a la escuela.
El pavo se sabía perdido si no conseguía conmover a aquel transeúnte. El niño vio el sombrero de copa y, como sea que tenía apetito, procedió a vaciarlo de su contenido, concretamente sacó una bella medusa con boca en forma de mariposa. ¿Cabe la posibilidad de equiparar las mariposas a los reflejos? Evidentemente; por esto el entierro se detuvo en el malecón.
El sacerdote cantaba en el mejillón, el mejillón cantaba en la roca, la roca cantaba en el mar, y el mar cantaba en el mar.
El caso es que el pavo se quedó en malecón y, desde aquel día, atemoriza al niño que va a la escuela.
Pez soluble (1924). André Breton.
1 comentario:
Hola Lucas, soy Erika de 2do. anio..
Nuestro blo es www.concienciamagica.blogspot.com
y el mio es www.kosmographos.blogspot.com
Q lindo tu blog, me gustan mucho los bocetos.
Eri
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